Rutas: Poza de la Sal

La Villa conserva un laberíntico conjunto de estrechas y empedradas calles y plazuelascon un aire medieval. Destaca la iglesia gótica, con su portada barroca, de San Cosme y San Damián. También merece una mención el Ayuntamiento, el edificio de la administración de la sal, las murallas, las puertas Alta y del Conjuradero del antiguo recinto amurallado, el conjunto de lavaderos de Fuente Buena y la Plaza Nueva. También tenemos que destacar el castillo, construido sobre otro más antiguo, los restos visibles pertenecen al siglo XIV. Además hay que visitar las salinas y el diapiro que está en su origen. Éste último es una de las más singulares y llamativas estructuras geomorfológicas. De forma circular y semejante a un cráter de más de dos kilómetros y medio de diámetro, constituye la típica chimenea por la que han aflorado a la superficie los materiales salinos contenidos en el interior de la tierra.

• Ruta por el salero:

La ruta parte de los restaurados lavaderos situados en el barrio de Los Corrales de Poza de la Sal. Hay que cruzar por debajo de un acueducto para tomar el sendero que atraviesa un modesto arroyo. Enseguida se inicia la ascensión hacia el corazón del diapiro. Se pasa junto a algunas antiguas granjas para llegar a la altura del Puente Verde. El camino se convierte en sendero y, con el arroyo siempre a la izquierda, continúa su ascensión. Al ganar altura el camino se ensancha con los restos del antiguo empedrado. Se alcanza el almacén de La Magdalena, construido en el siglo XIX. Frente a la explanada parte un camino que conduce hacia la arruinada ermita de La Magdalena. El camino carretero bordea El Castellar y desemboca en una trifucarción en la que hay que tomar el camino de la derecha, por el que se alcanza el viejo almacén de Trascatro